Claves para impulsar el compromiso de los empleados

La falta de vinculación y de reconocimiento laboral son las causas más comunes por las cuales las empresas terminan perdiendo a sus colaboradores, es por ello que Sodexo presenta cinco propósitos que los empleadores pueden adoptar para fortalecer el compromiso de sus trabajadores.

 

1. Hacer que mis empleados ahorren tiempo…

El tiempo es dinero, ¡y es también estrés cuando se  pierde en el transporte! A nivel mundial, el trayecto promedio para llegar a la oficina dura 40 minutos (y lo mismo para el regreso al hogar). Esto equivale a un total de 300 horas al año, o a más del 10% del horario laboral perdido en traslados. Por lo tanto, una buena política interna de viajes y transporte puede marcar una verdadera diferencia en el compromiso y la productividad de sus colaboradores. Esta problemática, que afecta a empleados, también se puede solventar con home office, ya que las nuevas tecnologías hacen posible que trabajar a distancia sea eficiente y más fácil.

 

2. Dar un pequeño impulso a su presupuesto (sin sacrificar el mío)

Las personas con estrés financiero dedican un promedio de 13 horas al mes en el trabajo a abordar problemas relacionados con dinero. Sin embargo, ciertas medidas establecidas por el empleador pueden revertir esta tendencia y convertirse en verdaderas palancas de participación. Algunas soluciones para aliviar el presupuesto de sus colaboradores de manera tangible son los vales de restaurante, de regalo o despensa. Ya sea de manera colectiva o individual, de distribución periódica o según su desempeño, estos beneficios suelen ser muy valorados.

 

3. Ayudar a que cuiden de su salud…

Más allá del aspecto financiero, es evidente que la salud y el bienestar son condiciones indispensables para impulsar el rendimiento laboral. Además de un buen seguro médico, los programas de bienestar orientados son eficaces: el coaching nutricional, la ayuda para dejar de fumar, los planes de bienestar y para estar en forma son buenas maneras de animar a sus empleados a tomar mejores decisiones en términos de alimentación y a adoptar estilos de vida más saludables.

 

4. Escuchar a mis colaboradores

Un estudio realizado a nivel mundial muestra que el 40% de los trabajadores piensa que los beneficios e incentivos que reciben no se adaptan a sus necesidades [3]. Antes de crear un programa de este tipo para un negocio es importante definir una estrategia para definir los factores palanca y asegurar su efectividad. En principio, puede realizar una encuesta entre sus empleados y apoyarse en los datos internos para ajustar su estrategia a las prioridades organizativas de su empresa y ofrecer beneficios e incentivos que correspondan a las expectativas de su plantilla.

 

5. Brindar más oportunidades de crecimiento

Los beneficios financieros o en servicios no son las únicas herramientas para generar compromiso. Cuando se trata particularmente de las nuevas generaciones Y y Z, el desarrollo personal y profesional son tan fuertes o más que un buen sueldo o un incentivo puntual. Para el 54% de los millennials la posibilidad de evolución en la carrera encabeza su lista de criterios para elegir un empleador, muy por delante del salario (44%)[4]. Si los programas tradicionales de capacitación pueden ser complicados y costosos de implementar, hay alternativas más ágiles, pero igualmente eficaces como los MOOC (cursos online abiertos).

 

Generar un clima propicio para que expertos compartan sus conocimientos es otra buena palanca de progreso: 90% de los millennials dice que los “seniors” son una excelente fuente de aprendizaje en el lugar de trabajo. Por su parte, el coaching individual es mucho más gratificante para un colaborador que las sesiones colectivas que no coinciden con sus expectativas y necesidades.

 

Fuente: Entrepreneur

Cómo ser un buen CEO: 5 rasgos que los distinguen

Ante una situación de crisis económica, se presentan múltiples preocupaciones que afectan a chicos y grandes casi sin distinción. Es fácil que te acostumbres a convivir con un panorama negativo, de frustración y mera sobrevivencia. Menos simple, pero más útil, es ser proactivo y conseguir conjugar el prisma “crisis = oportunidad“, para hacer de ésta una situación positiva. Para esto es vital contar con personas con talento y capacidad de liderazgo.

En una situación de cambio, cómo esta, los líderes tienen que resolver no sólo los problemas operativos, financieros y estratégicos que parecen ser el origen de sus problemas. A menudo, también se enfrentan a una cultura corporativa muy derrotista, que requiere dar un vuelco hacia una cultura de confianza para que los hábitos y comportamientos puedan arraigarse, lo que permite resolver problemas cuando de tu negocio frente la crisis.

Es en estos momentos cuando la imagen de un buen líder personificada en la calidad de un CEO se hace imprescindible para tu empresa. Pero conseguir alguien con estas características no es tan difícil como parece. Es sabido en el mundo de los negocios que se necesita menos para ser un CEO exitoso que lo que se necesita para ser un científico exitoso.

Parece muy simple, pero así lo es. Los negocios no son tan enredados. Las personas que intentan hacerlos complejos sólo consiguen salir heridas. La gente siempre sobrestima la complejidad de este mundo. No es una ciencia aeroespacial. Quien es capaz de entender esto a la perfección y llevarlo a la práctica será la persona indicada para tu empresa.

El mundo empresarial es como el fútbol: el equipo que tiene los mejores, gana. Y con el mejor DT, arrasa. Como el CEO es quien se encarga de la gestión y dirección administrativa de tu empresa, teniendo al más talentoso en tu equipo insertarás a tu empresa en el camino al éxito. Son 5 las características de un gran CEO y aquí te las presentamos:

1. Capacidad de autoconocimiento

 

Los grandes CEO son grandes líderes. Se conocen a sí mismos y saben lo que significa tener ese cargo. La gente los busca para resolver problemas porque los reconoce como personas justas e imparciales.

Soportan las desilusiones con más dignidad que otros y reconocen los logros de los demás. No entran a la oficina gritando lo que necesitan. No les preocupan los títulos ni las estructuras de poder sino el bienestar de todos los que trabajan en la compañía.

Finalmente, los grandes CEO buscan la opinión de los demás. Quieren saber cómo son percibidos por sus dirigidos para poderse comprenderse mejor y seguir creciendo como líder. También quieren “feedback” sobre la compañía desde la perspectiva del empleado y usan las encuestas como punto de partida para crear un diálogo que mejore las cosas.

2. Abundancia de recursos

 

Demuestran tener una energía inagotable. Llegan al trabajo con gran entusiasmo. Hasta cuando no tienen ganas, encuentran la forma de recuperar energía. Se cuidan mucho física y emocionalmente para estar en condiciones de ayudar a los empleados y atender las necesidades de la compañía. Dan mucho más de lo que piden. No abandonan la lucha. Sin hacer acusaciones, buscan soluciones a los problemas para que no vuelvan a ocurrir.

3. Coraje

 

El CEO tiene uno de los trabajos más difíciles. Por más arduo que haya sido fundar la compañía, más difícil es mantenerla funcionando y en crecimiento. En todo momento debe decidir qué está bien y qué está mal y actuar en consecuencia, con el mayor coraje posible.

Habrá muchas ocasiones en que el CEO se verá tentado a suavizar algún episodio, que en realidad requiere tomar una medida decisiva, por las posibles consecuencias o porque en ese momento la compañía tiene demasiados problemas. Sin embargo, un directivo que no ejerce el suficiente juicio moral perderá su integridad personal frente a todos sus empleados.

4. Voluntad para mostrarse en peligro

 

Un gran CEO no teme que lo vean en la mala y contesta las preguntas más difíciles, esas que desea nunca se hagan realidad. Necesita un plan A y un plan B destinado a contemplar el peor escenario posible. Este plan debe contemplar temas tales como: ¿qué pasa si se produce una caída en todo el negocio? ¿Qué pasa si las regulaciones estatales afectan mi negocio? ¿Qué pasa si perdemos un cliente que representa 50% de nuestras ventas? Prepararse y preparar a la compañía para esas eventualidades puede marcar la diferencia entre un año difícil o dos, y la quiebra. La clave está mantenerse preparado y en condiciones de actuar rápidamente para reducir la pérdida.

5. Visión de futuro

 

Los CEO tienen una habilidad especial para entender los mercados en que operan, cultivan la capacidad de ver oportunidades para su compañía y sellar los acuerdos que convierten esas oportunidades en realidades. Además de intuición, todo es producto de mucho trabajo y disciplina para mirar constantemente hacia adelante con el objeto de crear una compañía exitosa.

Mirar hacia adelante también quiere decir capacidad para contratar y retener a la gente adecuada, con miras al crecimiento de la compañía.

Con el tiempo, cada empresa debe desarrollar una sólida fuente de negocios para los tiempos económicos buenos y malos, porque nunca se está completamente absuelto de pasar por malos tiempos durante la vida de tu empresa.

 

Fuente: Entrepreneur

¿Qué debe buscar un reclutador?

Las empresas que llegan a cierto tamaño se topan con un problema muy curioso: la necesidad de generar un equipo de Recursos Humanos que se encargue de manejar los asuntos de su capital humano. Ellos deben ser los responsables de encontrar a los mejores colaboradores para que impulsen el crecimiento de la compañía.

 

Sin embargo, el panorama actual ha marcado a la generación que conforma la mayor proporción de la población laboral del mundo. Según el informe Tendencias mundiales del empleo juvenil 2015 (GET) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la tasa mundial de desempleo en ese segmento se estabilizó en 13%, tras un período de rápido crecimiento entre 2007 y 2010, pero sigue estando muy por encima del nivel previo a la crisis de 11,7%.

 

Según Dara Eldel, principal autora del informe, “alrededor de 43% de los jóvenes de la población activa del mundo no tiene empleo o son trabajadores que viven en la pobreza”.

El portal de empleo Trabajando.com elaboró una lista con las habilidades que todo trabajador debe demostrar, sin importar para qué puesto se esté postulando.

 

1. Pensamiento crítico: el razonamiento y la lógica son fundamentales para identificar las debilidades y las fortalezas de cualquier propuesta.

 

2. Resolución de problemas: a la hora de solucionar dilemas complejos, se aprecian las decisiones rápidas y útiles, que verdaderamente logren erradicar los inconvenientes.

 

3. Toma de decisiones: evaluar los puntos a favor y en contra de potenciales acciones, prefiriendo aquellas que sean más apropiadas y beneficiosas, ayuda a la prosperidad y productividad de las empresas.

 

4. Escucha activa: el trabajador debe darle toda su atención a lo que los demás dicen, tanto clientes como compañeros, tomándose el tiempo necesario para comprender lo que plantean y para formular las preguntas adecuadas.

 

5. Trabajo en equipo: Un equipo de trabajo bien entrenado puede dar muy buenos resultados, principalmente estimula la creatividad, se generan mejores ideas, aumenta la cohesión y se toman decisiones más acertadas, entre otras.

 

6. Orientación al cliente: la premisa para mejorar la cadena de producción es que trabajar en función de la satisfacción del cliente.

 

Pero también existen habilidades duras que cada vez son más requeridas en la mayoría de las vacantes:

 

7. Computación: en la actualidad el manejo básico de computación es requerido en cualquier puesto de trabajo, ya que es la principal herramienta laboral.

 

8. Matemáticas: conocimientos de aritmética, álgebra, cálculo, estadística y su aplicación suelen ser solicitados en empresas del rubro tecnológico que manejan grandes conjuntos de datos.

 

9. Programación: conocer los lenguajes informáticos puede ayudar a la hora de configurar programas con variados propósitos, según las necesidades de la empresa.

 

10. Ventas y marketing: aunque la compañía no se dedique a la venta de productos, siempre es útil que los empleados sepan cómo manejar la imagen empresarial y cómo posicionar en el mercado el servicio que le brindan a la comunidad.

 

Fuente: Entrepreneur

La felicidad en el trabajo sí existe

¿Felicidad en el trabajo?… ¿Qué?, ¿de qué estás hablando? Podemos hablar de felicidad por un lado y de trabajo por el otro, pero estas dos palabras en la misma oración hacen corto circuito. Ser feliz en el trabajo es imposible… ¡Es trabajo! A la felicidad la dejamos en la puerta de entrada a la oficina -junto al reloj checador- y la recogemos al salir.

 

Existe la idea generalizada de que el trabajo es una obligación con la que tenemos que cumplir para ganarnos la vida y que no tiene que gustarnos. El trabajo es algo que se tolera solamente. Vivimos esperando con ansias los viernes y el domingo en la tarde empieza a recorrernos una especia de desánimo y pesadez que anuncia la próxima llegada del odiado lunes.

 

A mí me parece que esta manera de pensar es desgastante y un cambio de enfoque nos vendría bien. Hoy me gustaría compartir contigo algunos conceptos interesantes que ha encontrado la ciencia con respecto a la importancia de ser feliz en el trabajo.

 

El trabajo es fundamental para nuestro bienestar. Gallup, una empresa estadounidense que realiza encuestas de opinión en todo el mundo, se dio a la tarea de investigar qué explica el bienestar de una persona. Los resultados de encuestas en más de 150 países permitieron identificar 5 elementos del bienestar que son universales: bienestar en el trabajo, bienestar social, bienestar financiero, bienestar físico y bienestar en la comunidad. Y, ¿quieres saber cuál de estos 5 elementos salió como fundamental? El bienestar en el trabajo.

 

¿Por qué?

 

Por un tema de identidad y otro de tiempo. Nuestro trabajo en gran parte nos define. Cuando nos preguntan y “¿Qué haces?” o “¿A qué te dedicas?”, respondemos justo lo que hacemos en el trabajo. Es parte de lo que somos y en buena medida determina la calidad de nuestras vidas.

 

Dónde vivimos, los amigos que tenemos y las oportunidades que se nos presentan están altamente influenciadas por el trabajo que hacemos. Por otro lado, en la oficina o en el lugar de trabajo es donde pasamos la mayor parte del tiempo. Es donde estamos de 9:00 de la mañana a 5:00 de la tarde -si bien nos va- cinco días a la semana, cincuenta semanas al año durante unos 40 años.

 

Cuando nuestro trabajo no está alineado con lo que disfrutamos haciendo se generan problemas en otras áreas de nuestras vidas. ¿Has tenido un mal día o una mala racha en el trabajo?, ¿cómo llegas a tu casa? o ¿cómo llega tu pareja a la casa después de un pésimo día en la oficina? Los costos físicos y mentales de la frustración y el estrés profesional pueden ser muy altos.

 

Estudios sobre satisfacción en el trabajo muestran que los daneses son la fuerza laboral más feliz del mundo. Incluso tienen una palabra especial para referirse a la felicidad en el trabajo: Aberjdsglaede. Para la mayoría de los daneses, el trabajo no es únicamente un medio para ganar dinero, sino una fuente de satisfacción personal. En Dinamarca existe una filosofía de trabajo basada en felicidad y la expectativa es pasarla bien. ¿Qué pasaría si cambiáramos nuestra manera de pensar con respecto al trabajo y en lugar de verlo como un mal necesario lo viéramos como un espacio donde podemos aprender, desarrollar nuestras habilidades y pasarla bien? Me parece que los lunes dejarían de ser tan tenebrosos.

 

Otro concepto interesante detrás de nuestras ideas sobre el trabajo tiene que ver con la relación entre el éxito y la felicidad. Si ponemos atención a las personas que nos rodean y a nuestros estilos de vida es posible observar que la mayoría funcionamos bajo la lógica de la siguiente fórmula: el éxito lleva a la felicidad. En otras palabras, tenemos que ser exitosos para ser felices.

 

Si estudiamos mucho, trabajamos duro y competimos fuerte seremos exitosos y cuando seamos exitosos, entonces seremos felices. Cuando gane más dinero, cuando me suban de puesto, cuando me gradúe, cuando me cambie de casa, cuando tenga un mejor carro, cuando me case, cuando adelgace voy a ser feliz. Este patrón de pensamiento explica en buena parte lo que nos motiva en la vida y nuestra manera de vivir. Estos atrapados en la “trampa del cuando”.

 

El problema es que esta fórmula no funciona muy bien. Shawn Achor, experto en felicidad en el trabajo, argumenta que si el éxito causa felicidad entonces cada persona que recibe una promoción o un aumento de sueldo, cada estudiante que es aceptado en una universidad o cualquier persona que ha alcanzado una meta debería ser feliz.

 

Pero sucede que cuando alcanzamos una meta inmediatamente ponemos otra más alta y nuestra definición de éxito se vuelve más exigente. Al final parece que la felicidad nos queda siempre un paso adelante. Siempre a la vuelta de la esquina.

 

La ciencia nos dice que la fórmula está al revés: felicidad primero, éxito después. No es que la fórmula tradicional no sirva. Después de todo es el patrón que hemos venido siguiendo y ahí la llevamos. Pero esta nueva fórmula es mucho más eficiente y genera menos fricción. ¿Por qué? Porque cuando nos sentimos bien tenemos acceso a nuestros recursos de mejor calidad, funcionamos mejor y ser exitosos se vuelve más fácil. Si quieres conocer un poco más sobre las ventajas de la felicidad sigue este vínculo.

 

Con lo anterior vale la pena reflexionar… ¿Me gusta mi trabajo o lo veo sólo como un medio para ser exitoso y luego ser feliz? ¿Busco el éxito a costa de mi bienestar? Hay muchas personas allá afuera con carreras muy exitosas que no disfrutan lo que hacen y sufren las consecuencias personales del desgaste. Trabajar en nuestra felicidad primero es una buena idea pues alcanzar el éxito se hace más probable.

 

Por último… Ser feliz tiene ventajas en el trabajo. Los empleados relativamente más felices reciben mejores evaluaciones en sus reportes de desempeño, tienen mayores sueldos y son promovidos más rápido. Desarrollar la habilidad de ser feliz es una excelente idea si quieres crecer dentro de tu organización pues resalta tus competencias. Te conviene.

 

Fuente: Entrepreneur

Que no te falte un líder digital

En la búsqueda de la transformación digital,  la mayoría de las empresas fallan en la estrategia que impulse ese ambiente tecnológico. Y uno de los primeros pasos es tener un líder digital, una persona que entienda la importancia de añadir tecnología para hacer más rentable los resultados. Que entienda, sobre todo, cómo vincular la tecnología con el lado humano para facilitar la incorporación de esta herramienta en el trabajo cotidiano.

 

The Biznation es un ejemplo de cómo ‘humanizar’ la tecnología. Estas emprendedoras colombianas (tres hermanas) desarrollaron una plataforma de actualización en soft skills y apertura de negocios. Hasta aquí parecería la historia convencional de una start up que usa tecnología para emprender. Sin embargo, en esta plataforma se han capacitado 22,000 personas con otro plus, las hermanas desarrollan evaluaciones de identificación cerebral para detectar la forma en que cada individuo aprende, así como las competencias que sobresalen en sus hemisferios y a partir de ellos ofertan talleres a la medida.

 

Sirva este ejemplo para comenzar a generar ideas sobre cómo desarrollar embajadores digitales en nuestros espacios de trabajo, empezando por el director de la empresa hasta tener otros líderes que impulsen el aprovechamiento de la tecnología con un sentido más humano. Hay áreas de oportunidad, hoy ni 20% de las empresas a nivel mundial reconoce trabajar sobre esta figura:

 

1. Sin importar el perfil, invita a innovar. La vieja escuela diría que solo el personal de computación o los ingenieros generan propuestas para utilizar la tecnología en beneficio del trabajo. Haz el primer cambio invitando a todas las áreas a probar plataformas para que la información se concentre y trabaje en línea. Herramientas como Google hangouts, Stormboard y mindmeister ayudan a generar ideas, intercambiar opiniones en tableros virtuales, hacer mapas mentales y más acciones para planificar el trabajo más rápido.

 

2. Tecnología para contratar. Busca plataformas donde puedas recabar y agrupar datos de los aspirantes a un puesto para tener la posibilidad de cubrir remplazos o hacer contrataciones más rápidas. Hoy 10% de las empresas en México insisten en llevar la administración del personal en Excel, que ayuda para algunas cosas, pero no para sistematizar procesos en contratación. Desde las bolsas de trabajo en línea hasta plataformas como SAP ofertan opciones a precios nada desproporcionados.

 

3. Hackaton para resolver problemas. Por qué pensar que las innovaciones en la empresa surgen en un sala de juntas. ‘Sal de la caja’ e intercambia tus ideas con universitarios, que además pueden ser futura contratación. Así funciona el Hackaton, actividad donde se reúnen personal de la empresa, jóvenes, líderes de la industria para crear soluciones a una problemática. Deja de pensar cuánto gastarás en rentar un lugar, esta iniciativa puede iniciar en internet, en plataformas como LinkedIn. Tal vez lo más complicado es definir los criterios para seleccionar una solución ganadora, puedes darte algunas ideas con Hackaton organizado por Microsoft, Cisco, Ciudad Digital.

 

4. Actualiza, pero no por inercia. Cuanta más información tengas sobre el tipo de resultado de un colaborador, en qué proyecto disfruta estar involucrado, qué lo motiva a aprender, cómo aplicará eso en su vida laboral, mejor resultado dará la capacitación en línea. Las emprendedoras The Biznation pensaron en utilizar evaluaciones en neurociencia, pero puedes empezar con conversaciones para conocer el incentivo del empleado para aprender cierta competencia y cómo la llevará al terreno laboral. El chiste es personalizar. Ser un líder digital no se logra de la noche a la mañana. Requiere determinar cuán flexible será para que los colaboradores, muchos o pocos, se involucren con nuevas ideas para mejorar resultados. En resume, antes de ser líder digital, hay que resetear la concepción sobre tecnología.

 

Fuente: Entrepreneur

9 motivos que hacen renunciar a un buen empleado

Es increíble la frecuencia con la que se escucha quejarse a los dueños de una empresa debido a la partida de sus mejores empleados, y bueno, realmente tienen algo de qué quejarse.

Los jefes tienden a justificar sus problemas con el volumen de trabajo en torno a sus negocios, ignorando el verdadero punto en cuestión: la gente no abandona sus puestos de trabajo, abandonan a sus jefes.

Lo más triste es que esta situación puede evitarse fácilmente. Todo lo que se necesita es una nueva perspectiva y un esfuerzo adicional por parte del gestor.

Las organizaciones saben lo importante que es tener a sus empleados motivados y comprometidos, pero la mayoría no logra responsabilizar a los supervisores para que esto se haga realidad.

Cuando no lo hacen, el resultado final se ve afectado.

La investigación de la Universidad de California junto con un estudio del Consejo de Liderazgo Corporativo a más de 50.000 personas, muestra que un empleado motivado es 31% más productivo, tiene más ventas en un 37% y es tres veces más creativo que los empleados que están desmotivados. Además, es menos propenso en un 87% a renunciar.

La investigación de Gallup muestra que el 70% de la motivación de un empleado es influenciada por su líder. Por lo tanto, echemos un vistazo a algunas de las peores cosas que hacen que los buenos empleados empaquen sus maletas y renuncien.

 

1. Sobrecarga de trabajo

 

Nada desequilibra tanto a los buenos empleados como la sobrecarga de trabajo. Es tan tentador dar trabajo extra a aquellos que lo hacen bien, que puede resultar una trampa. El exceso de trabajo es desconcertante para los empleados; les hace sentir como si estuvieran siendo castigados por un gran rendimiento.

El exceso de trabajo incluso es contraproducente. Una investigación reciente de Stanford muestra que la productividad disminuye bruscamente por hora cuando la semana de trabajo excede las 50 horas, y disminuye tanto que después de 55 horas nadie logrará seguir trabajando.

Si aumentas la cantidad de trabajo para tus empleados, también deberías aumentarles el sueldo o subirlos de puesto. Los buenos empleados son capaces de asumir cargas de trabajo más grandes, pero no se quedarán en tu empresa si eso los sofoca durante el proceso.

Los aumentos y ascensos son formas aceptables y justas de aumentar la carga de trabajo. Si lo único que aumenta es el trabajo y nada cambia, buscarán otro empleo que les dé lo que se merecen.

 

2. No reconocer las aportaciones del empleado ni recompensar el buen trabajo

 

Es fácil subestimar el poder de una palmadita en la espalda, especialmente con los que están intrínsecamente motivados. A todos nos gustan los elogios, mucho más a aquellos que trabajan duro y lo dan todo.

Los líderes necesitan comunicarse con su personal para averiguar la cosas que los hace sentir bien (para algunos, puede ser un aumento, para otros, el reconocimiento público) y recompensarlos por su trabajo.

 

3. No contribuyen en el desarrollo de las habilidades personales

 

Cuando se pregunta a los gerentes acerca de la falta de atención a sus empleados, ellos tratan de excusarse, usando palabras como “confianza”, “autonomía” y “empoderamiento”. Lo que resulta una completa tontería. Los buenos líderes dirigen, no importa que tan talentoso sea el empleado. Ellos prestan atención, están dispuestos a escuchar y ofrecen retroalimentación.

Si tienes un empleado talentoso, tienes la tarea de  buscar áreas en las que ellos puedan mejorar y ampliar su conjunto de habilidades. Los mejores empleados requieren de retroalimentación en comparación con otros menos talentosos, por lo que es tu trabajo que ellos la obtengan. Si no lo haces, se aburrirán y no será suficiente.

 

4. No se preocupan por sus empleados

 

Más de la mitad de las personas que abandonan su trabajo lo hacen debido a la relación con su jefe. Las compañías inteligentes se aseguran de que sus líderes sepan cómo equilibrar el ser profesional con el ser humano.

Estos son los jefes que celebran el éxito de su empleado, son los empáticos con aquellos que pasan por tiempos difíciles y son los que los desafían incluso cuando están tristes.

Los jefes que no cuidan estos aspectos siempre tendrán altas tasas de rotación. Es imposible trabajar para alguien más de ocho horas al día cuando no están involucrados personalmente y no se preocupan por nada más que por su rendimiento y producción.

 

5. No cumplen con lo acordado

 

Hacer promesas a la gente te coloca en la delgada línea que se encuentra entre hacerla muy feliz o verla salir por la puerta. Cuando creas un acuerdo, estás en la mira de tus empleados, con ello demuestras si eres digno de confianza y honorable (dos cualidades muy importantes en un jefe).

Pero cuando evades tu compromiso, quedas como una persona irrespetuosa. Después de todo, si el jefe no honra sus compromisos, ¿por qué deberían hacerlo los demás?

 

6. Contratan y promueven a las personas equivocadas

 

Los buenos empleados quieren trabajar con profesionales que tengan ideas afines a ellos. Cuando los jefes no contratan al personal adecuado, surge un desmotivante para los que trabajarán junto a ellos. Promover a las personas equivocadas es aún peor.

Cuando promueves a alguien sin razón sólo para que esté contento, es un insulto masivo para los demás empleados. No es de extrañar que los buenos elementos se vayan.

 

7. No permiten que la gente persiga sus pasiones

 

Los empleados talentosos son apasionados. Proporcionarles oportunidades para perseguir sus pasiones mejora su productividad y satisfacción en el trabajo. Pero muchos jefes quieren que sus empleados trabajen dentro de una pequeña caja. Temen que disminuya la productividad si permiten que la gente expanda su enfoque y persiga sus pasiones.

Este temor es infundado. Existen estudios que muestran que las personas que son capaces de perseguir sus pasiones, al mismo tiempo que están en el trabajo, logran un estado de ánimo eufórico que es cinco veces más productivo en comparación con la norma.

 

8. No propician la creatividad

 

Los buenos empleados buscan mejorar todo lo que tocan. Si bloqueas su capacidad de cambiar y mejorar las cosas porque lo único que te interesa es su statu quo, lograrás que odien su trabajo. Enjaular su deseo innato de crear no sólo los limita, te limita a ti también.

 

9. No desafían a las personas intelectualmente

 

Los grandes jefes desafían a sus empleados a lograr cosas que al principio parecen inconcebibles. En lugar de establecer objetivos mundanos, o metas de alcance, intenta establecer objetivos elevados que impulsen a la gente a salir de su zona de confort.

Los buenos líderes hacen todo lo que esté en sus manos para ayudarlos a alcanzar sus metas y tener éxito. Cuando las personas talentosas e inteligentes se encuentren haciendo cosas que resulten demasiado fáciles o aburridas, buscarán otros trabajos que desafíen su intelecto.

 

Hazlo todo

 

Si quieres trabajar con los mejores y que permanezcan en tu empresa, debes pensar en el trato que les brindas. Los buenos empleados son un hueso duro de roer, y su talento les da múltiples opciones. Debes lograr que quieran trabajar para ti.

 

Fuente: Entrepreneur

Capital Humano: ¿un término que deberíamos dejar de utilizar?

En las últimas semanas me encontré con una gran cantidad de empresas que tienen departamentos denominados de “Capital Humano”.

 

Al mismo tiempo, recordé que en Alemania, un jurado de especialistas para el idioma de ese país seleccionó a la palabra “Capital Humano” cómo la “No-Palabra” del año 2004.

 

El resultado de calificar a un concepto como la “no-palabra” es porque tiene un significado que devalúa de manera importante a los seres humanos.

 

La comunidad de ciencias económicas y una gran cantidad de gerentes no pudieron comprender esta decisión y, de hecho, se molestaron mucho con ella. Su argumento era que la palabra “capital” se refiere a “algo de valor” y que tiene que ser manejado con cuidado.

 

Por lo tanto, las capacidades de los seres humanos en una organización son un valor para esa empresa. También se entiende que cuando la organización no está invirtiendo en este recurso, el valor de la empresa disminuirá.

 

En 1979, el estadounidense Theodore Schultz obtuvo el premio Nobel de Economía por su desarrollo de la teoría del Capital Humano.

 

¿Podemos ver de otra manera a las palabras “Capital Humano”? Pierre Bourdieu, sociólogo y filósofo social francés, criticó la idea en cuanto a que se reduce a la dimensión económica.

 

Una definición de la palabra “capital” es la cantidad de todos los bienes que necesitamos para cumplir el propósito de la organización.

 

En su etimología la palabra contiene “caput” que equivale a “cabeza” y significa el número de cabezas de ovejas o vacas que hay en el rebaño. Y señala que dichos bienes son propiedad del dueño y están a su libre disposición.

 

Por otra parte, Karl Marx definió el capital como una cantidad de dinero, la cual invertimos para obtener una cantidad más alta de nuevo. Y a ese respecto lo que hemos observado en los últimos 30 años es que las empresas que redujeron su “Capital Humano” aumentaron su valor en la Bolsa de Valores.

 

El incremento de valor permite que los bonos de los altos directivos también aumenten. Sin embargo, nadie preguntó si la reducción de los lugares de trabajo fue la consecuencia de decisiones equivocadas de corto plazo en el pasado o si sólo estuvieron relacionadas con la idea del resultado trimestral y los bonos.

 

Estoy convencido de que los seres humanos no son “conteos”, bienes de capital u ovejas propiedad de la organización. Las personas de una organización son colaboradores y éstos ofrecen sus capacidades y su tiempo, mientras que la organización paga por ello.

 

Conozco una compañía en Alemania que tiene dentro de su organigrama a un “Departamento de Colaboradores” y me parece muy adecuado, ya que podemos llamar a todos los miembros de una organización “colaboradores”, desde el trabajador hasta el director general.

 

Me pregunto si deberíamos repensar el nombre de esos departamentos en nuestras organizaciones. Al final del día es el área responsable de la calidad de vida del personal, así como de sus lugares de trabajo.

 

Fuente: Entrepreneur

Un mal ambiente de trabajo puede ser perjudicial para tu salud

Algunas personas temen ir al trabajo, otras anhelan hacerlo. ¿Pero realmente cuán importante es disfrutar y sentirse satisfecho en el trabajo?

 

Casi dos tercios de los empleados estadounidenses experimentan algún tipo de desequilibrio entre las condiciones que trabajo que desearían tener y las que realmente tienen, según una reciente encuesta de la Corporación RAND.

 

Para empeorar más las cosas, un estudio llevado a cabo en el Reino Unido halló que hay más señales físicas de estrés en las personas que pasaron de estar desempleadas a tener un mal trabajo, comparado con las personas que siguieron desempleadas.

 

Los expertos de la Universidad de Manchester que hicieron la investigación sobre los desempleados y el estrés que experimentan cuando consiguen un mal trabajo, aseguran que hay indicadores biológicos que muestran que esas personas pueden desarrollar enfermedades relacionadas con problemas metabólicos o cardiovasculares.

 

Por su parte, la encuesta de RAND refleja las respuestas de más de 3.000 estadounidenses, entre 25 y 71 años, a una variedad de preguntas relacionadas con sus trabajos.

 

“Lo que más nos sorprendió es la cantidad de personas que experimentaron algún tipo de interacción social hostil en el lugar de trabajo”, dijo Nicole Maestas, coautora del estudio y profesora asociada en la Escuela de Medicina de Harvard.

 

La encuesta halló que 1 de cada 5 empleados en EE.UU. experimentaron algo así, y que las interacciones también incluían abuso verbal y acoso sexual.

 

Un factor importante en estas cifras es el nivel de apoyo que un jefe provee en el ambiente de trabajo, según Maestas. Un jefe solidario y que da apoyo puede cortar hasta la mitad de las interacciones hostiles en el lugar de trabajo.

 

“La cabeza de la organización establece el tono que se tolera y el comportamiento y códigos de conducta, que luego debe filtrar a todos los niveles de supervisión”, asegura la experta.

 

La encuesta también halló que casi el 75% de los estadounidenses reportaron un esfuerzo físico intenso o repetitivo al menos en una cuarta parte del tiempo que pasan en el trabajo. Y más de la mitad reportaron estar expuestos a condiciones laborales peligrosas.

 

Además, 1 de cada 4 empleados no sienten que tengan tiempo suficiente para hacer su trabajo y casi la mitad de los encuestados dijo que trabajaba en su tiempo libre para cumplir con las expectativas.

 

Las mujeres reportan mayores dificultades que los hombres para tener tiempo libre para su vida personal y su familia, así como ganar menos dinero.

 

Aunque el 75% de los que respondieron recibieron capacitaciones y entrenamiento para mejorar o aprender nuevas cosas en el último año, solo el 38% reportó que su trabajo le “ofrece buenas oportunidades de progreso”.

 

Si el empleado es feliz, será más productivo, y en lugares de trabajo respetuosos y agradables hay menos rotación, dice Maestas.

 

Fuente: CNN

4 pasos para lograr un ascenso en tu trabajo

Ser bueno en tu trabajo no es sinónimo de que tendrás un ascenso o promoción. A veces tienes que hacer que otras cosas sucedan para llegar a donde desees profesionalmente.

Por supuesto, hay buenos jefes y grandes compañías que ayudan a los empleados a gestionar sus propias carreras. Con esos fabulosos empleadores, siempre sabes dónde te encuentras y nunca tendrás que adivinar cuál será tu próximo paso profesional.

Sin embargo, en la mayoría de las empresas, incluso con empleadores realmente buenos, debes ser activo en la gestión de tu propia carrera. Eso significa tener un plan para obtener la promoción o ascenso que tanto deseas.

 

Es que no se trata solo de que merezcas una promoción: debes asegurarte de que cumplas todos los puntos de esta lista que te presentamos.

 

1. Haz bien tu trabajo actual

Parece una tontería y un hecho, pero te sorprendería la frecuencia con la que en mis días de jefe tuve empleados que no se estaban comportando tan bien como para enojarse cuando no eran promovidos. Ese pensamiento proviene de la idea, totalmente obsoleta, de que la antigüedad importa más que el rendimiento.

Es muy difícil obtener un ascenso si no eres un artista destacado en tu trabajo actual. Ve más allá de las expectativas y al mismo tiempo mantente abierto a nuevas responsabilidades. Trata tu trabajo actual como algo importante, no solo como un paso en el camino hacia donde finalmente deseas estar.

 

2. Asegúrate de estar calificado

A veces puedes ser un candidato fijo para el ascenso, pero careces de una habilidad o certificación requerida. Algunos temas pueden ser negociables, pero tus posibilidades mejoran si cumples con todos los requisitos técnicos.

En algunos casos, basta con estar cerca de cumplir con un requisito, como estar en clases para obtener una maestría. En otros, realmente necesitas tener todo acabado. Cualquiera que sea tu situación, sigue los pasos necesarios para estar listo.

 

3. Habla con tu jefe

Si no le dices a tu jefe hacia dónde esperas que vaya tu carrera, él o ella puede pensar que estás contento en tu posición actual. Ten una reunión con tu jefe en la que le comentes abiertamente tus objetivos. Pídele información sobre lo que debes hacer para llegar a donde quieres llegar.

 

Permanece abierto a la crítica constructiva y considérala una oportunidad. Si tu jefe dice que necesitas mejorar en algo, eso te da la oportunidad de escuchar y seguir el consejo.

Si es posible, no tengas solo una reunión. Establece controles constantes para documentar tu progreso y ver dónde te encuentras.

 

4. Ejecutar

Una cosa es saber dónde estás parado y qué deberías hacer, y otra cosa completamente distinta es hacerlo. Usa los pasos anteriores para crear un plan, uno que con suerte sea aprobado por tu jefe o tus jefes. Tras ello, será tu responsabilidad cumplir cada punto del plan y asegurarte de que cuando aparezca una opción, seas la persona elegida.

 

Sé paciente

A veces puedes estar listo para una promoción y simplemente no hay ninguna a la vista. En otros casos, puedes cumplir con todos los requisitos, pero tus jefes quieren a alguien con más tiempo de experiencia que tú. No seas pasivo, pero ten paciencia.

 

Fuente: CNN

50 preguntas más comunes en entrevistas de trabajo

Uno de los mayores temores que enfrentamos al buscar empleo es responder preguntas extrañas en las entrevistas de trabajo. Algunas son:

“Describe el color amarillo a una persona débil visual” – Spirit Airlines.

“¿Qué harías si te pidieran descargar un 747 lleno de gomitas de dulce?” – Bose.

“¿Quién ganaría en una batalla entre Spiderman y Batman?” – Universidad de Stanford.

 

Es casi imposible prepararse para preguntas de este tipo que en realidad no sirven para lograr el objetivo del entrevistador: probar el pensamiento poco convencional y la habilidad de actuar bajo presión.

Las buenas noticias son que las compañías ya casi no las utilizan. Nuevas investigaciones han demostrado que estos cuestionamientos sirven para poco más que hacer sentir superior al entrevistador.

Un estudio de Glassdoor a miles de entrevistas laborales encontró cuáles eran las 50 preguntas más comunes:

 

1. ¿Cuáles son tus fortalezas?
2. ¿Cuáles son tus debilidades?
3. ¿Por qué quieres trabajar para nosotros?
4. ¿Dónde te ves en cinco y 10 años?
5. ¿Por qué quieres dejar tu empleo actual?
6. ¿Qué puedes ofrecernos que otros candidatos no tengan?
7. ¿Por qué no trabajabas en estas fechas?
8. ¿Cuáles son tres cosas que tu actual supervisor quisiera mejorar en ti?
9. ¿Estás dispuesto a mudarte?
10. ¿Estás dispuesto a viajar?
11. Dime cuál es el logro del que te sientes más orgulloso.
12. Cuéntame de alguna ocasión en la que te hayas equivocado.
13. ¿Cuál es tu trabajo ideal?
14. ¿Cómo te enteraste de esta vacante?
15. ¿Qué quisieras lograr en los primeros 30/60/90 días en este empleo?
16. Cuéntame de tu currículum.
17. Describe tu formación académica.
18. Dime cómo manejaste una situación difícil.
19. ¿Por qué estás buscando trabajo?
20. ¿Por qué debemos contratarte?
21. ¿Trabajarías fines de semana y en vacaciones?
22. ¿Cómo manejarías a un cliente insatisfecho?
23. ¿Cuál es el salario que te gustaría tener?
24. Señálame un momento en que hiciste mucho más de lo que se esperaba de ti.
25. ¿Quiénes son tus competidores?
26. ¿Cuál ha sido tu mayor fracaso?
27. ¿Qué te motiva?
28. ¿Cuál es tu disponibilidad?
29. ¿Quién es tu mentor?
30. Cuéntame de una ocasión donde no estuviste de acuerdo con tu jefe.
31. ¿Cómo manejas la presión?
32. ¿Cuál es el nombre de nuestro director general?
33. ¿Cuáles son las metas de tu carrera?
34. ¿Qué te impulsa a levantarte por las mañanas?
35. ¿Qué diría tu trabajo sobre ti?
36. ¿Cuáles son las debilidades / fortalezas de tu jefe?
37. Si llamara a tu jefe en este momento y le preguntara en qué área podrías mejorar, ¿qué crees que me diría?
38. ¿Eres un líder y un seguidor?
39. ¿Cuál fue el último libro que leíste por diversión?
40. ¿Qué es lo que más te puede molestar en un compañero de trabajo?
41. ¿Cuáles son tus pasatiempos?
42. ¿Cuál es tu sitio web favorito?
43. ¿Qué te hace sentir incómodo?
44. Cuéntanos algunas experiencias de liderazgo que hayas tenido.
45. ¿Cómo despedirías a alguien?
46. ¿Qué es lo que te gusta más de trabajar en esta industria?
47. ¿Trabajarías más de 40 horas a la semana?
48. ¿Qué pregunta no te he hecho aún?
49. ¿Qué preguntas tienes para mí?
50. Descríbete a ti mismo.

 

Puede que estas preguntas no sean tan excitantes como la cuestión de “Batman vs. Spiderman”, pero son para las que te debes preparar.

Investigaciones sugieren que la mayoría de las personas solo se prepara para responder 10 de estas preguntas. Estudia el listado con cuidado y piensa cuáles serían tus respuestas – sin aprendértelas de memoria-para que llegado el momento, te sientas mucho más cómodo al hablar.

Sin embargo, proyectar estas 50 preguntas no es suficiente si quieres dejar una gran impresión y destacarte de los demás. Te dejo nueve estrategias que también te pueden ayudar a conquistar esa entrevista de trabajo.

 

1. Identifica tu gancho 

La mayoría de los entrevistadores se reúnen con varias personas por un mismo puesto. Son tantos candidatos que muchas veces tienen que recurrir a sus notas para recordarlos, excepto por aquellos postulantes que se destacaron. Estas personas tienen un gancho, ya sea en la forma como se visten o como se desenvuelven. Puedes asombrar a un entrevistador con una buena historia que demuestre por qué eres buen candidato.

 

2. Conoce la esencia del trabajo al que te postulas

Trata de conocer íntimamente lo que necesita el puesto que quieres. No solo leas la descripción del trabajo, estúdialo e imagínate realizando cada labor que requiera. Cuando te entrevisten, puedes utilizar este conocimiento para enmarcar una de tus respuestas.

 

3. Y descubre por qué eres el candidato ideal 

Conoce exactamente qué te hace ser la mejor opción para la vacante y hazlo saber durante la entrevista. ¿Qué te hace especial? Puede ser que tienes muy buenas ideas o que sabes manejar estadísticas.  Por ejemplo, cuando un entrevistador te pregunte “¿Cuáles son tus fortalezas?”, debes evitar caer en clichés y describir las cualidades que te hacen único para el trabajo que quieres.

 

4. Conoce la compañía 

No importa que tan bien preparado estés para hablar de ti mismo, no saber lo esencial de la empresa para la cual te estás entrevistando demuestra poco interés y preparación. No puedes mostrarle al entrevistador que eres la mejor opción para la compañía si no conoces a la compañía.

Antes de la entrevista, investiga el sitio web de la firma para conocer sus puntos básicos: cómo hace dinero, quiénes son sus principales dirigentes y qué quiere lograr en el futuro cercano. Busca noticias recientes en la red sobre la empresa y no olvides dar un vistazo a sus cuentas de Facebook Twitter.

 

5. Prepara una lista propia de preguntas

Es importante que tengas en mente cuáles cuestiones crees que surjan durante de la entrevista. Por ejemplo, si dices que tu mayor fortaleza es el manejo del tiempo, debes estar preparado para que el entrevistador te diga “¿Cómo se aplica esta cualidad en la acción diaria?”. Esta preparación hará que tus preguntas sean más concretas, evitarán silencios incómodos y te darán mayor confianza durante el proceso.

 

6. Practica 

Ya sabes cuáles serán algunas de las preguntas que te pueden hacer en la entrevista de trabajo. La diferencia está en la preparación para dar respuestas únicas que te den una ventaja competitiva.

No necesitas aprenderte un guion, pero si debes tener ciertos puntos de referencia para guiarte en los procesos. Una buena idea es “entrevistarte” a ti mismo y grabar tus respuestas para que encuentres la manera de hablar en la que te sientas más cómodo.

 

7.  Relájate 

No hay nada que pueda echar a perder tu preparación para una entrevista que no estar calmado. Es indispensable que seas tú mismo para no mostrar ansiedad y ser visto como un candidato débil.

Numerosos estudios demuestran que sonreír no solo aumenta tu felicidad y autoestima, también relajan a las personas con las que hablas.

Hacer esto requiere inteligencia emocional, una habilidad que los entrevistadores están buscando cada vez más en sus candidatos.

 

8. Mantente positivo 

Puede parecer obvio, pero es indispensable mostrarte como una persona positiva, pero puede ser difícil cuando se discuten ciertos tópicos.  Es difícil ser afirmativo cuando se habla de jefes o compañeros difíciles del pasado o explicar por qué te despidieron de tu trabajo anterior, pero eso es exactamente lo que los entrevistadores quieren ver. Muéstrales que puedes tener una buena actitud en un ambiente desafiante y te verán como la persona resistente que eres y que necesitan en su empresa.

 

9. Sé honesto 

Los buenos entrevistadores se dan cuenta cuando mientes por lo que es necesario ser lo más transparente posible.

Si mientes pueden pasar dos cosas: no te darán el trabajo o terminarás en un empleo para el que no calificas. No te enfoques en lo que crees que el entrevistador quiere escuchar. Mejor da respuestas honestas y apasionadas que te destaquen.

Sin lugar a dudas, una entrevista de trabajo puede ser difícil porque es difícil demostrar quién eres y de qué eres capaz en una sola plática. Estas estrategias te ayudarán a eliminar el nerviosismo y a manejar cualquier sorpresa.

 

Fuente: Entreprenuer

Busqueda
Twitter