5 malos hábitos que debes cambiar para ser más productivo

¿Sabías que tener recompensas y dejar de hacer cosas te ayuda a ser productivo en tu vida diaria? Aquí te decimos qué estás haciendo mal y cómo cambiarlo.

Hoy en día, la productividad es muy importante para el ritmo del mundo. La mayoría de las personas tratan de incluirla a su rutina para hacer más cosas, pero lograr ese enfoque toma tiempo antes de ver resultados.

Muchas veces, lo único que necesitas para triplicar tu productividad es dejar de hacer algunas cosas; de esta manera verás y sentirás una enorme diferencia. Dejar de hacer actividades que te quitan el tiempo, te dará el espacio que necesitas para las cosas que realmente importan. Puede parecer contradictorio, pero primero debes detenerte para después comenzar a integrar nuevos sistemas en tu vida.

Si buscas por donde comenzar, considera la manera en que gastas tu tiempo y concéntrate en eliminar estos cinco hábitos. Utiliza estos trucos para ayudarte a ser responsable de manera constante.

 

1. Programar cada segundo de tu día (sin tiempo libre)

Puede caerte de sorpresa, pero si deseas comenzar a mejorar tu productividad, debes dejar de programar cada segundo del día. La gente disfruta el proceso de establecer y concluir actividades en su calendario. Pero si programas demasiadas cosas, terminarás odiando tus días de trabajo.

Esto se convertirá en un desastre y no lograrás terminar tanto como habías planeado. Incluso si surge una emergencia o ya no tienes la energía para hacerlo, perderás todo el día.

¿La solución? Opta por un método más sencillo como escoger sólo seis tareas importantes que quieras terminar antes de ir a dormir. Al despertar, crea un esquema simple para aquellas cosas que quieres lograr, pero no seas demasiado rígido.

Mantente enfocado en las tareas más importantes y no olvides desayunar por la mañana. Escucha lo que tu cuerpo te está diciendo.

2. Intentar tener éxito en múltiples cosas a la vez

Todos queremos tener éxito en muchos aspectos de la vida: construir negocios para múltiples mercados, ser un atleta, viajar por el mundo y así sucesivamente. Es aquí donde la mayoría de las personas tiende a perderse.

Si quieres hacer muchas cosas al mismo tiempo, te estás programando para quedar corto en más de una actividad. O bien, si tienes éxito, la ley de distribución te traerá un poco de felicidad que no se compara a la satisfacción de los grandes triunfos.

Cuando obtengas éxito, reduce el tiempo que hayas dedicado y redirige esas horas o minutos a otras tareas. Es mejor identificar aquello que te ayudará a alcanzar otras metas y enfocar toda tu energía en ese catalizador para lograr el cambio.

¿La mejor parte? Puedes aprovechar el éxito inicial para el futuro. Por ejemplo, si construyes ese negocio en el que has estado pensando y obtienes un beneficio consistente, puedes utilizar el éxito y capital obtenido para alimentar otras iniciativas, alcanzando el éxito dos veces más rápido que en la primera empresa. También puedes usar tus ingresos netos para viajar por el mundo sin preocuparte por el dinero o la necesidad de cuidar tu negocio.

3. Apuntar hacia la perfección

¿Conoces ese sentimiento que te fastidia cuando intentas lanzar un proyecto nuevo? ¿Esa sensación de trabajar en un nuevo sitio web y encontrar pequeños detalles que no son perfectos?

Si eres como yo, que está dispuesto a pasar horas o incluso días buscando la idea perfecta. Con el tiempo he notado un efecto de bola de nieve: Cuando empiezo a arreglar una cosa, encuentro muchas más que también necesitan ser perfectas. Mucho tiempo después, sin energía para realizar el trabajo, esto se convierte en un loop interminable. Y eso puede retrasarte de manera indefinida.

La realidad es que nadie notará tus defectos de la manera en que tú lo haces. Además, si fallas, aprenderás algo. En lugar de eso, ten claro el objetivo de conseguir que tu proyecto este al 90 por ciento y lánzalo. Puedes hacer ajustes a medida que avances.

4. Saltarte los descansos para hacer más cosas

¿Cuándo trabajas más, logras más, cierto? (Pregunta con truco: 100 por ciento equivocada.)

Todo aquello que logres, es equivalente al tiempo que le dediques, menos el ritmo de trabajo. Tal como Cal Newport demuestra en su libro “Deep Work: Rules for Focused Success in a Distracted World”.

De modo que si pasas 10 horas haciendo cosas a un ritmo de 2, obtendrás el mismo resultado que si pasas 2 horas a un ritmo de 10. En una cuarta parte del tiempo, lograras hacer lo mismo. La clave para lograr más cosas es aumentar la intensidad del ritmo. Es un concepto maravilloso.

Para crear este hábito, puedes seguir la técnica de Pomodoro. Trabajar sin interrupción una sola tarea durante 25 minutos y después tomar un descanso de cinco. Tras cuatro ciclos, puedes tomar un descanso más largo. Este es uno de los tres pasos que me ayudaron a construir mi negocio mientras estudiaba odontología.

5. No recompensarte

¿De qué manera el recompensarte aumenta la productividad? Recibir una recompensa te inspira a mantener el ritmo. Si deseas lograr más cosas, necesitas más recompensas.

Cuando hayas trabajado sin parar durante dos horas, recompénsate con algo sencillo como un chocolate. Incluso, puedes programar tiempo libre en tu calendario para disfrutar de estas recompensas. Una ráfaga más larga de trabajo puede tener como recompensa poder pasar el tiempo viendo una película nueva.

Puede parecer mentira, pero confía en mí cuando te digo que es muy importante tomar tiempo para estos momentos. Si no lo haces, te fastidiarás rápidamente. Programar “premios” no sólo impide llegar a ese punto crítico, sino que también te ayuda a concentrarte en la tarea que estas realizando. Ahora eres consiente del tiempo que asignaste para hacer el trabajo, y además, sabes que pronto tendrás una recompensa bien merecida. Disfrútala.

Fuente: Here 

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