El lugar de trabajo puede ser un espacio en el que las chispas del enfrentamiento surjan a la mínima. Es un contexto en el que los intereses individuales tienen que convivir con los colectivos durante muchas horas al mes, es fácil que el estrés y los pequeños accidentes allanen el terreno para las discusiones.
Sin embargo, es posible tomar medidas para hacer que la convivencia sea lo más pacífica posible y, así, conseguir llevarse bien con los compañeros del trabajo.
Cómo lograr encajar bien con los colegas de trabajo
Esta serie de pautas sirve para ponérselo difícil a las hostilidades en el contexto laboral. No están ordenadas según un criterio determinado, y no es necesario llevarlas todas a la práctica para beneficiarse de su efectos.
1. Tómate momentos de descanso
Cuando estamos estresados y cansados es increíblemente fácil que nos enfademos por nimiedades o que contestemos de malas maneras a jefes y compañeros. Es por eso que los descansos son muy necesarios.
Lo ideal es que estos descansos duren al menos diez minutos y que puedan servir para levantarse del espacio de trabajo habitual, hidratarse y estirar las piernas.
2. Ve a comer a otro lado
Los momentos para comer, cuanto más lejos del escritorio en el que se trabaja, mejor. Cambiar de aires hace que la atención se desconecte de esos pequeños problemas y obsesiones que debemos gestionar durante el desempeño laboral y de esta manera nos refrescamos un poco.
Del mismo modo, si cerca de tu espacio laboral hay entornos naturales o parques, pasear por ellos durante algunos minutos será muy beneficioso para hacer que disminuyan los niveles de estrés y para combatir la rumiación. La idea es permitir que nuestra atención deje de estar centrada en los problemas.
3. Establece canales de comunicación eficaces
Está claro que el buen funcionamiento de los canales de comunicación en una organización depende en gran parte de las decisiones que llegan desde arriba, pero si procuras poner de tu parte haciendo que la información fluya, estarás ayudando a que se tenga más en cuenta los problemas que afrontas.
La idea es evitar que las barreras comunicativas haga que se produzcan actividades o estrategias incongruentes. Merece la pena tener en cuenta en todo momento que una empresa no es una mente-colmena, y las ideas relevantes deben ser comunicadas con mucha claridad.
4. No rechaces el trato informal
Establecer un trato informal con los compañeros de trabajo no solo hace que la comunicación mejore, sino que además ayuda a que haya más empatía. De este modo, el impacto de los posibles problemas o accidentes se ve amortiguado por un vínculo afectivo y empático que, si bien no tiene por qué ser lo suficientemente fuerte como para transformarse en amistad, sí sirve para que se comprenda mejor al prójimo.
5. Esfuérzate en entender bien los objetivos
Muchas veces asumimos que los objetivos de una organización o de un departamento son los que parece dictar “nuestro sentido común” y eso hace que no reconozcamos las señales de que las metas reales son otras. Por ejemplo, una empresa puede querer mejorar su imagen de marca más que aumentar ventas, aunque nosotros demos por entado que solo lo segundo importa.
La idea, por lo tanto, es asegurarse de que se entiende la filosofía de la empresa, más allá de los objetivos concretos que uno se propone para finalizar la jornada laboral diaria.
6. Desarrolla inteligencia emocional
La inteligencia emocional ayuda a gestionar la frustración, las decepciones y la impaciencia para que el modo en el que se responde a estas sensaciones no empeore la situación.
Es por eso que un buen entrenamiento en este tipo de inteligencia es una excelente manera de mejorar las competencias personales y profesionales, permitiéndonos adaptarnos mejor a los retos imprevistos y a la situaciones cambiantes.