Como jefe o gerente de área, puedes creer que estás haciendo un gran trabajo liderando a tus empleados. La realidad es que lo más probables es que estés haciendo algunos de los errores más comunes que terminan dañando a la compañía más de lo que te imaginas. La buena noticia es que si te das cuenta a tiempo puedes corregir el camino.
Aquí te presentamos 4 señales de que eres la fuente de los problemas actuales en tu empresa y formas para volver al camino correcto.
1. Determinas la cultura laboral
Según una encuesta realizada por Gallup, para que un empleado se sienta satisfecho con su trabajo la cultura laboral es mucho más importante que su sueldo. Siendo así las cosas, lo natural sería pensar que los jefes deberían estar involucrados de manera activa en la cultura laboral, ¿cierto? Esto es correcto, sin embargo, como la cultura laboral se desarrolla conforme crece la compañía y ésta incluye a todas las personas que laboran ahí, las decisiones que se tomen al respecto de los valores culturales deben ser votadas por la mayoría de los empleados en lugar de ser dictadas por la minoría (los jefes).
Aunque es un hecho que elementos de tu conducta influyen en la cultura laboral hasta cierto punto, creer que tú representas la cultura de la empresa es un error.
¿Cómo arreglarlo? En lugar de tratar de formar una cultura laboral alrededor de tus ideas, pasa la responsabilidad a tus empleados y escucha lo que tienen que decir al respecto.
Aquí algunas otras cosas que puedes hacer para tener el acercamiento correcto a la cultura laboral:
-Analiza la cultura laboral existente.
-Participa en las discusiones sobre los valores de la empresa.
-Comunícate a través de tu comportamiento y no sólo de tus palabras.
-Separa los elementos que pueden estar amenazando la armonía laboral de esos que contribuyen a su crecimiento y analiza ambos para tomar las decisiones pertinentes después.
2. Te involucras en procesos lentos de toma de decisiones
Ya sea por la volatilidad de los mercados emergentes, los cambios impredecibles en los mercados de capital o las posibles recesiones, el ambiente económico actual ha dado pie a un temor justificado ante la necesidad de hacer cosas. Este miedo puede afectar profundamente el proceso de toma de decisiones a nivel gerencial. Los jefes pueden llevarse más tiempo para tomar decisiones relativamente fáciles. Cuando esto pasa, el flujo de trabajo se ve estancado y esto frustra a todo el equipo.
¿Cómo arreglarlo? Para hablar sobre tu proceso de toma de decisiones necesitas determinar las causas del tiempo que te está tomando. Según una investigación de la CEB, tener mucha información es una de las principales razones por las que los procesos se ven ralentizados en las organizaciones.
Aquí algunas prácticas comunes en el trabajo que pudieran parecer sensibles, pero que en realidad no lo son si estás tratando de avanzar:
-Compras en consenso. Las decisiones de compras grandes se han vuelto muy colaborativas. El estudio de la CEB dice que se consulta en promedio a 5 personas antes de hacer una compra, lo que resulta en una decisión no tomada en 31 por ciento de los casos.
-Comité de reclutamiento. Entre más personas tengas que consultar para tomar una decisión, más lento se hará el proceso para contratar a alguien. En consecuencia, esa vacante que tienes seguirá sin llenarse más tiempo. Según las investigaciones, los reclutadores se tardan hasta 5 semanas más en llenar una posición de lo que se tardaban hace cinco años, un incremento del 62 por ciento.
Descubre qué es lo que está alentando tus procesos y analiza si se justifica. Si no, encuentra una forma más efectiva de tomar decisiones importantes.
3. Implementas juntas ejecutivas en un ambiente de secretismo
Además de mejorar la comunicación y colaboración, las reuniones periódicas entre los empleados ayuda a hacerlos sentir parte de la empresa. Los empleados suelen confiar en sus jefes cuando éstos son transparentes en los temas de la organización. Como dijo Hemingway, “La mejor forma de averiguar si puedes confiar en alguien es confiando en él.” Si no crees que puedas confiarle a tus empleados información importante sobre la situación actual de la empresa, lo más probable es que empiecen a sospechar de tus reuniones secretas lo que derivará en la erosión de la confianza en la empresa en general.
¿Cómo arreglarlo? Gánate la confianza de tus empleados. Para ganarte la confianza perdida necesitas ser tan transparente como sea posible. Puede que esto te parezca difícil si no asistes a las reuniones periódicas de tu personal, en las que deberías estar recibiendo y dando retroalimentación y guía.
4. Recortas los beneficios de tus empleados
Cuando necesitas recortar costos, deshacerte de los beneficios que tienen tus empleados puede parecer una forma fácil de solucionar el problema. Pero si lo haces, sobre todo de manera indirecta, ¿qué logras?
Puede parecer tonto, pero los jefes suelen empezar por deshacerse de cosas pequeñas, como el café gratis o las bebidas. Pero creo que eso no debe minimizar demasiado sus costos, y el efecto negativo que tiene en el personal es impresionante.
¿Cómo arreglarlo? Sé transparente. Si necesitas recortar beneficios de tus empleados, avísales de la situación y explícales los motivos que te llevan a hacerlo. Te sorprenderá lo dispuestos que están a ayudarte. Si no los haces parte del proceso, esa máquina de café sin café podría ser la razón de que tu gente pierda la moral o la confianza en la empresa.
Es mucho más fácil ver cuando alguien más está cometiendo un error que darnos cuenta cuando los hacemos nosotros. Si demuestras tu habilidad para reconocer tus errores y reflexionar sobre tu liderazgo antes de tomar decisiones, brillarás como jefe. Las señales anteriores de mal liderazgo y las formas de solucionarlo son sólo algunos tips y soluciones administrativas que puedes poner en práctica para mejorar tu percepción como jefe. Pero si las aplicas de corazón te ayudarán a convertiste en un mejor líder.