A pesar de que existen diversos estilos de liderazgo -según el margen de libertad que permita a sus empleados, su capacidad para delegar responsabilidades, la distancia en el tono y lenguaje que emplee con ellos o sus mecanismos y armas a la hora de negociar y lanzar un proyecto-, lo cierto es que podemos detectar rasgos comunes e inherentes que todos los buenos dirigentes comparten.
Gordon Tredgold, fundador y CEO de Leadership Principles ha recalcado en un artículo elaborado para la revista Inc que tras trabajar con equipos de todo el mundo, de docenas de culturas, y de diferentes generaciones –desde baby boomers a millennials-, puede subrayar los cuatro rasgos esenciales que hacen que una plantilla de empleados valore a su líder, siga su mentoría y obtenga excelentes resultados, sea cual sea su estilo a la hora de dirigir la empresa.
4 puntos clave para que un jefe sea valorado por su equipo
Estos sencillos ingredientes son fundamentales para mantener elevada la motivación y la productividad de tu equipo:
- Dirección clara: Este es el trabajo número uno del líder y su principal prioridad, debiendo adoptar un estilo propio de comunicación que permita al equipo comprender y llevar a cabo las diferentes metas y objetivos para la empresa. Si existe una falta de claridad podrían producirse malentendidos y confusiones que frustren y desmotiven a la plantilla.
- Apoyo para el éxito: Los diferentes departamentos y profesionales son los encargados de llevar a cabo el trabajo que vertebra a la compañía y como líder, es indispensable proporcionarles todo aquello que precisen para tener éxito y salir airosos de cada proyecto. Atender sus peticiones, escuchar sus quejas, demandas y sugerencias, proveerlos de las infraestructuras tecnológicas y las condiciones precisas para llevar a cabo las tareas, impulsar una cultura corporativa positiva y sentar las bases para un ambiente laboral sano, flexible y valioso deben ser algunos de los principales puntos a tener en cuenta.
- Espacio y responsabilidad: Ningún profesional quiere sentir perpetuamente el aliento de su jefe en la nuca. Debes proporcionar apoyo sin restar responsabilidad a cada empleado, ya que de esta forma podrían producirse errores, fomentar las situaciones de estrés y conducir a la desmotivación y a la bajada de los niveles de productividad. Tutorizándolos con precisión y a la vez otorgándoles espacio para fallar lograrás retener el talento y generar confianza, mejorando la autoestima de los empleados.
- Alabanzas: La retroalimentación positiva es clave para construir un equipo sólido, unido y confiado. Por supuesto que es importante saber cómo dar un feedback negativo a los empleados ante fallos, errores o descuidos, pero no hay que olvidar la importancia de la cultura del reconocimiento, aquella que reconoce el esfuerzo y la disposición de los trabajadores. Los elogios, el sentido de pertenencia y la asignación de significado a las tareas realizadas tienen a veces mayor importancia que el propio salario.